Mas o menos el 1% de la población cursa con hipotiroidismo, este es un problema con la glándula tiroides, misma que se encuentra situada por debajo de la manzana de Adán, por encima de la tráquea. Generalmente son mujeres las que predominan con este problema (cuatro por cada hombre) y suele ser diagnosticado sin mayor complicación con base en análisis de laboratorio. Claro, muchas veces lo que toma tiempo es que el paciente se haga los estudios.
La causa más frecuente es la presencia de anticuerpos antitiroídeos lo que deriva en una producción baja de hormonas tiroideas y por lo tanto complicaciones en las funciones que dependen de éstas, que no son pocas. Algunos de los síntomas son: fatiga, cansancio, retención de líquido, lentitud mental, estreñimiento, dolor muscular, sensación de frío, aumento de peso (en algunos casos también hay pérdida). En casos avanzados, edema, voz ronca, caída de cabello, depresión, uñas gruesas, estriadas y quebradizas, problemas en los ciclos menstruales, disminución de la libido, disminución en el metabolismo basal, pulso bajo, entre otros. En los análisis de sangre se puede encontrar anemia, niveles ligeramente elevados de colesterol, sobre todo LDL (el colesterol “malo”), bajo sodio y muchas veces disminución en hormonas tiroideas (T3 y T4) y TSH alterado. El tratamiento suele ser con Levotiroxina vía oral (el mas comúnmente utilizado y a dosis que su médico señale).
Independientemente del tratamiento farmacológico, los pacientes diagnosticados con hipotiroidismo deben esperar un tiempo hasta que el cuerpo se “acomoda” de nuevo y vuelve a trabajar de manera normal. Los médicos suelen asegurar que con el medicamento, el control de peso es muy sencillo. No necesariamente es así ya que, dependiendo de cuánto tiempo lleve la enfermedad y el diagnóstico, habrá cambios químicos y metabólicos que tomará tiempo para que se reacomoden, algunos son en el cerebro (serotonina) y puede haber resistencia a la insulina, lo que favorece la aparición de diabetes. Para tratar más rápido la enfermedad es muy importante, como siempre, cuidar la dieta. La recomendación de apoyo es incluir fruta y verdura en cantidades adecuadas, comer menos alimentos procesados y eliminar lo más posible carbohidratos simples (harinas blancas, azúcares, etc). Hay quienes hablan, incluso de eliminar el consumo de cafeína y bebidas energéticas.
Algunos “tips” pueden ayudar también a un mejor curso de la enfermedad: elegir sal de mar es mucho mejor que la sal yodada, si ésta no se consigue o no es de buena calidad sal yodada. Consumir productos elaborados con coco y aguacate. Aumentar el consumo de grasas saludables (semillas, pescado, aguacate, aceite de oliva) y de proteína sin grasa. Se sabe que la soya interfiere con el medicamento y directamente con los receptores celulares del sistema endócrino, entonces hay que tener cuidado con leche, tofu, germinado, barritas con proteína de soya, en fin. Algunas frutas y verduras como la col, col de Bruselas, coliflor, espinaca, fresa, duraznos, cacahuates, rábano contienen bociógenos (sustancias que bloquean la absorción y utilización del yodo, por lo tanto frenan la actividad tiroidea). No quiere decir que no los comas, sólo se debe hacer con moderación.
Finalmente, lo que ayudará a tu metabolismo a trabajar bien de nuevo es una dieta alta en verduras verdes (lechuga, perejil, apio, alcachofas, alfalfa, berros, algas, espárrago), consumir probióticos y en algunos casos suplementos de vitaminas y minerales. Habrá que hacer ejercicio no sólo para gastar las calorías que tenemos acumuladas y perder peso sino para estimular la secreción de serotonina, una sustancia que se produce en el cerebro y es vital para sentir bienestar y estabilidad emocional. Una vez que todo esto esté implementado en la vida diaria del paciente que viva con hipotiroidismo, el médico en los análisis de rutina determinará si se puede disminuir la dosis de medicamento y quizá, por qué no, eliminarlo.